Un país entre Oasis – Turkmenistán

Por lo general, pocos países continentales asiáticos son comentados a la hora de mencionar ciudades del mundo. Es el caso de un lugar desconocido, de costumbres poco típicas para el mundo occidental, Turkmenistán.

Con mas de 480.000 kilómetros cuadrados (el doble del Reino Unido) su población ronda los 5 millones de habitantes, de los cuales sólo unos pocos dominan el inglés, ya que el idioma oficial es el turcomano.

Este lenguaje tiene mucho que ver con su antigüedad, ya que los pueblos turcomanos fueron los primeros habitantes de dicho territorio, suponiéndose que provenientes de las Montañas Altái, estableciéndose en las zonas linderas al desierto de Karakum. Subdividida en clanes, así permanece hasta la actualidad.

Su historia recién continúa en la segunda mitad del siglo XIX, cuando el ejército ruso ingresa al territorio, consolidando su presencia en 1874 cuando crean el distrito militar de Transcaspio, dominando por completo Turkmenistán en 1890.

Anexado por completo al Imperio, cuando comienza al Revolución Rusa en 1917, el territorio fue uno de los frentes de pelea, hasta que se hubo consumado la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.) y Turkmenistán (allí denominada Turkestán) pasa a ser una de las repúblicas de dicha unidad.

Permaneció unida hasta su disolución, cuando obtiene su Independencia el 27 de octubre de 1991. El decir Independencia, en este caso particular, se considera a establecerse como un país autónomo, ya que su población no es libre. Desde esa fecha hasta el 21 de diciembre del 2006, la organización política estaba bajo el dominio exclusivo de Saparmyrat Nyýazow en forma de dictadura. Las elecciones celebradas el siguiente año, han colocado a su hijo en el poder, bajo las polémicas acusaciones de fraude electoral.

Desde que asumió el poder, su hijo ha dejado algunas medidas adoptadas por su padre de lado, como el culto a su persona. Nyýazow se había autoproclamado líder de los turcomanos y el culto que obligaba a ejercer sobre sí mismo era muy similar al ejercido en la China de Mao, o peor. Los carteles con su imagen se encontraban por todas partes, al igual que en los billetes del país. Incluso la bandera nacional poseía su nombre en la misma, algo que su sucesor ha obligado a quitar.

Desde la nueva asunción, Turkmenistán se ha sumado a varios de los tratados de las Naciones Unidas, aunque igualmente sigue siendo uno de los países con mayor privación de derechos humanos como libre oposición, ya que está terminantemente prohibido criticar el régimen e incluso no poseen partidos políticos de oposición con gran fuerza.

Pese a todos estos aspectos negativos, Turkmenistán tiene unos encantos que muchos podrían envidiar. El principal atractivo que posee el país, es su desierto, en el cual podremos encontrar vegetación, principalmente el saxaul, un arbusto cuyas ramas no poseen hoja alguna, y subsisten gracias a sus largas raíces, las cuales tienen la capacidad de asentarse en la arena, buscando los más pequeños rastros de agua bajo la arena.

Pero sin lugar a dudas, la cultura oriental allí presente, es lo más importante que apreciaremos, donde la experiencia que allí viviremos será sencillamente inolvidable. Sus costumbres, sus hábitos y su particular modo de vida. La poca urbanización de los turcomanos, los ha llevado a mantener un estilo bastante peculiar, estableciéndose como tribus nómadas, que se dedican a la cría de caballos.

Visitar su capital es uno de los principales pasos al realizar el viaje. Asjabad cuenta con más de 750.000 habitantes y se encuentra dentro de un oasis en medio del desierto. Allí se alojan las principales industrias tanto algodoneras como metalúrgicas, siendo así el principal polo productivo del país. La ciudad posee además varios museos de historia y de arte, además de varias mezquitas, que brillan por su majestuosidad.

Es muy común al ir de viaje a Turkmenistán, realizar compras en el lugar, principalmente el famoso sombrero de fieltro bordado que utilizan los uzbekos y los tadjiks (referente a las personas de Uzbekistán y Tayikistán) al igual que los habitantes locales. El mismo se denomina telpek. También son comunes los abrigos de algodón, botas hasta las rodillas y pantalones anchos.

Entre otras cosas que se pueden adquirir son las ropas y demás textiles, muchas veces en los mismos almacenes que los fabrican. Las pipas musulmanas, los objetos de madera o cuerno, los cojines e incluso la vajilla local, pueden ser localizados tanto en los hoteles donde pueden alojarse, o para los más arriesgados, en el gran bazar de Bujara, que en muchos casos funciona al estilo mercado negro, y donde podrán adquirir una gran variedad de cosas autóctonas.

Quienes deseen visitar este país, no se arrepentirán. Será una experiencia única u realmente inolvidable, al poder convivir con personas de otra cultura totalmente desconocida para el mundo occidental. Esta es la idea principal de realizar un viaje a es ese, conocer una nueva cultura y al mismo tiempo compartirla, convirtiéndose en una verdadera y única experiencia de vida.

Llegar a Turkmenistán no es una tarea difícil, ya que se realizan varios vuelos hacia el lugar, principalmente mediante excursiones, y seguramente, su Agente de Viajes debe tener alguna opción para realizar este viaje. Al igual con el alojamiento, existen varios hoteles, principalmente en Asjabad, su capital, y muchos paquetes de viajes ya incluyen la estadía.

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