Como conocer Viena en dos días
|La verdad que es imposible conocer Viena en dos días, pero sí podemos diseñar una ruta para conocer la mayor cantidad de lugares y los más importantes. Esta claro que esta visita puede incluir muchas variaciones, por lo que tendrás que acoplarla a tu viaje y a tus gustos.
Podemos definir Viena como un lugar imperial, y esta definición nos vale para saber que tipo de turismo vamos a realizar por la ciudad. Grandes palacios, plazas y jardines, acompañados de otros elementos típicos de la cultura vienesa, como el café o la muy conocida ópera.
Y es que en Viena hay mucho que ver, y nosotros muy poco tiempo para disfrutarla. Estamos hablando de una ciudad que posee 150 palacios y 27 castillos, algo imposible de ver en 48 horas.
Primera mañana
Comenzamos nuestra visita a Viena con un lugar que te impresionará, el Palacio Imperial Hofburg. Este lugar fue la sede de los Habsburgo hasta terminada la I Guerra Mundial. No te puedes ir de este palacio sin visitar los aposentos reales, las cámaras de la Plata y el Tesoro, el Museo Sisí y los jardines de Heldenplatz.
Salimos del ambiente real para dirigirnos a la Escuela Española de Equitación, con tintes imperiales. Podemos disfrutar de actuaciones de caballos únicos, ideal para visitar con niños y para amantes de los animales.
Después de divertirnos con estos estupendos animales, vamos hacia el Museo Albertina, en este lugar, que en la antigüedad fue residencia de los Habsburgo, podemos entretenernos con la colección más extensa de arte gráfico. Se trata de un conjunto de más de un millón de grabados y 60.000 dibujos, entre las que se encuentran obras muy conocidas como los estudios de Rubens sobre niños.
Frente a este lugar, podemos hacer una parada en el hotel y café Sacher, para disfrutar de una porción de tarta de chocolate con su receta secreta de 1832.
Tras probar este manjar, pasearemos por los jardines Burggarten, volviendo hacia Michaelerplatz y la entrada del Palacio Imperial. Una de las paradas en este camino es la iglesia de los Agustinos, donde contrajeron matrimonio Francisco José y Sisí.
Si seguimos por la calle peatonal Kohlmarkt entraremos en la ciudad antigua de Viena, declarada Patrimonio mundial, y el lugar perfecto para descubrir grandes plazas y callejear por sus increíbles calles adoquinadas.
Seguimos nuestro paseo por el centro histórico paseando por Graben y Kärtner, las dos calles principales y el lugar ideal para hacer tus compras, desde los típicos bombones hasta quesos, carnes y vinos. Además, debemos pasar por la Judenplatz en la que podemos encontrar en sus baldosas los lugares donde fueron exterminados los judíos austriacos en la época del nazismo.
También, en Graben, nos encontraremos la Pestsäule, una columna que conmemora el fin de la peste, y al final de la calle nos asombrará un edificio postmoderno de cristal en la que se refleja la fachada de la catedral.
Terminamos la primera mañana en la ciudad visitando la catedral de San Esteban, con una torre de más de 130 metros de altura y un tejado brillante con azulejos. Podemos subir hasta la cima de Südturm, así se llama la torre, a través de una escalera de 340 escalones.
Primera tarde
Cerca de la catedral visitaremos la que es la única casa de Mozart que se conserva en Viena. Se conoce como Figarohaus debido a que fue el lugar donde compuso Las Bodas De Fígaro y en la actualidad es un museo en la que podemos admirar la época en la que vivió el compositor (1756 – 1791).
Otro de los edificios que no nos podemos perder si visitamos Viena es el Postparkasse, o lo que es lo mismo, el edificio de la Caja Postal de Austria. Es una de las obras más relevantes de Otto Wagner, con una fachada de mármol gris, aluminio y esculturas. También vale la pena visitar el museo y el interior del edificio.
Llega el momento de la diversión y la descarga de adrenalina para unos como para dar un paseo por un bonito lugar para otros. El Prater es un parque de atracciones que se encuentra en medio de un parque. Lo más conocido del lugar es la noria gigante, la Riesenrad, una buena atracción para divisar la ciudad a más de 65 metros de altura.
No nos podemos ir de Viena sin descubrir los secretos del canal del Danubio. Podemos dar un paseo desde Schwedenplatzhasta Franz Josefs Kai, admirando sus callejuelas. En la ribera del canal podemos ver un monumento construido en conmemoración a las victimas del fascismo. También es un lugar con mucha animación, en la que hay bares y restaurantes, por si queremos hacer un alto en el camino.
Terminamos nuestro primer día en Viena en el llamado Triángulo de las Bermudas, son las calles donde mayor concentración de bares y locales para tomar copas hay. Puedes caminar por allí y entrar en el que más te guste, ya que muchos de ellos destacan por su gran decoración.
Segunda mañana
Comenzamos nuestro segundo día en Viena visitando los jardines de Schönbrunn. Es un parque perfecto para empezar la jornada igual que lo hacía Sisí cada día paseando por sus verdes caminos. Y es que esta era la residencia en verano de los Habsburgo, uno de los complejos más increíbles de toda Europa y que domina la ciudad. Después de visitar los jardines, es casi obligatorio darte una vuelta por el palacio, que incluye hasta un zoológico. Te recomendamos que le dediques tiempo a este lugar, ya que solo el parque tiene más de un millón de metros cuadrados.
Seguimos nuestro camino haciendo la ruta Ringstrasse. Este camino conduce hasta el Rathaus, la actual sede del ayuntamiento, a través de los lugares donde en la antigüedad estaban las murallas y los bastiones de defensa.
Este es el momento de una parada para coger fuerzas, y no hay nada mejor que tomar un café típico de Viena en uno de los lugares más emblemáticos, el Café Landtmann. Se encuentra cerca del Rathaus. No solo hay café, también puedes deleitarte con un estupendo desayuno o su gran variedad de fruta, yogures y cereales.
Otro edificio que no te puedes perder en esta zona es el Parlament, este lugar simboliza el poder que tiene la clase burguesa, siendo la parte más elegante de la ciudad. En estos momentos es la sede del poder legislativo austriaco y por ello cuando hay sesiones parlamentarias no están permitidas las visitas.
Proseguimos nuestra ruta visitando el Museo de Historia Natural, se encuentra en un lugar cercano al Palacio Imperial y es un lugar muy interesante sobre todo para los viajeros con niños, ya que tiene numerosas colecciones que harán que este museo les encante.
Volvemos a la zona imperial de la ciudad, para conocer la Cripta de los Capuchinos. Este lugar se encuentra debajo de la iglesia del nombre de la misma orden religiosa. Podemos encontrar los restos de muchos de los emperadores y emperatrices de Viena, así como de más de un centenar de nobles. No todo el cuerpo se encuentra en este lugar, debido a la manía de los Habsburgo de despedazar los cuerpos, los corazones de los fallecidos se encuentran en la iglesia de los agustinos.
Terminamos la mañana visitando el Belvedere, la residencia vacacional de Eugenio de Saboya y que en la actualidad alberga exhibiciones de arte austriaco.
Segunda tarde.
Llega nuestra última tarde en Viena, y la comenzamos viendo el centro del diseño en Viena, o lo que es lo mismo, el Museo de Artes Aplicadas. Contiene todo lo que puedas imaginar tratado con multitud de técnicas distintas.
Vamos a tomarnos con calma nuestro último rato en esta gran ciudad y que mejor que tomarnos una cerveza antes de acudir a la ópera. El mejor sitio para esto es el Palmenhaus, situado en los viveros del Palacio Imperial, con vistas privilegiadas hacia el Burggarten, una de las plazas con más animación de Viena y manteniendo el aspecto de invernadero de su época antigua.
Ahora sí, es el momento de ir a la ópera, y con ello concluimos también nuestro pequeño pero magnífico viaje a Viena. Tienes dos opciones, o realizar una de las constantes visitas guiadas antes de dos horas de la actuación programada para ese día, o presenciar una de estas actuaciones en un escenario con mucha historia. Para conseguir entradas debes ser un poco previsor y tenerlas compradas desde tiempo atrás. Todas las funciones suelen empezar a partir de las siete de la tarde, y si vas a disfrutar de una de las obras, dedícale un tiempo también a admirar las escaleras de gala, la sala de mármol y los detalles por todo el edificio bañados en oro.
Ten en cuenta que en Viena existe una tarjeta llamada Viena Card con la que, pagando 19.90€, se puede viajar gratis en transporte público durante tres días, además de tener muchos descuentos en las entradas para museos, lugares de interés y en las compras que puedas realizar por la ciudad.